Capítulo 12
Conclusiones y Recomendaciones: Poner Fin a la Ocupación
Esta traducción está basada en un texto publicado en junio de 2007. Para leer el texto final (publicado en junio de 2007), por favor consulte la versión inglesa.
Este informe ha demostrado que Washington y Londres han presentado ante la opinión pública y ante Naciones Unidas (NNUU) una información exagerada, engañosa y absolutamente falsa sobre la manera en que desencadenaron una guerra sin autorización del Consejo de Seguridad (CS) vulnerando la Carta de NNUU. En las operaciones militares, EEUU ha utilizado armas indiscriminadas y especialmente dañinas; como primera medida, la Coalición [de fuerzas de ocupación] desmanteló el Estado iraquí y permitió el saqueo, los incendios intencionados y la violencia para destruir los hospitales y las universidades, las bibliotecas y los museos, y prácticamente todas las instituciones nacionales de Iraq. El programa para la reconstrucción ha despilfarrado miles de millones de dólares gracias a la corrupción, el fraude y los graves defectos de construcción.
El informe ha demostrado, asimismo, que la Coalición ha hecho uso de una fuerza militar [desproporcionada] que ha arrasado, en gran parte, una docena de ciudades iraquíes. Las fuerzas de la Coalición han retenido a miles de iraquíes en prisión indefinida sin acusación o juicio y han sometido a la mayoría de ellos a interrogatorios humillantes y torturas. Los soldados de la Coalición matan rutinariamente a civiles iraquíes en los puestos de control, durante los registros de viviendas, y en operaciones militares de todo tipo. Las tropas de la Coalición también han cometido asesinatos y atrocidades y han creado milicias iraquíes, unidades de comandos y escuadrones de la muerte que han desatado la violencia y el caos sobre el país.
Centenares de miles de iraquíes han muerto y un gran número de ellos han resultado heridos y mutilados. Han desplazado a más de cuatro millones de personas, incluidos los más de dos millones que han huido del país. La pobreza se ha extendido, las enfermedades y la mortalidad infantil han aumentado de forma excepcional, y la carencia de alimentos crece a ritmo vertiginoso.
Los iraquíes se oponen rotundamente al establecimiento de las bases permanentes que EEUU está construyendo así como al enorme complejo de la [nueva] embajada estadounidense [en la Zona Verde de Bagdad], que simboliza la hegemonía a largo plazo de EEUU en el país. Tal y como repetidamente demuestran los resultados de las encuestas de opinión, una abrumadora mayoría de los iraquíes quiere que la Coalición se vaya. En EEUU una creciente mayoría de la opinión pública también apoya la retirada, al igual que la opinión pública de Reino Unido. Los gobiernos de la Coalición tienen que reconocer la realidad. Ha llegado el momento de que acaten la voluntad de sus pueblos y de que abandonen un proceso que, a diario, viola las leyes.
EEUU ha establecido una amplia inmunidad legal para sus fuerzas armadas en Iraq, para el personal de las empresas privadas de seguridad, para los militares extranjeros y para los empresarios civiles e, incluso, para las compañías petroleras que mantienen negocios con Iraq. No importa qué tipo de delitos haya cometido la Coalición, los iraquíes ahora o en el futuro si quisieran exigir responsabilidades habrían de enfrentarse con barreras legales. La orden ejecutiva 13303 del presidente de EEUU, la orden 17 de la Autoridad Provisional de la Coalición, la resolución 1546 del CS, y demás normas oficiales, protegen al personal de la Coalición del arresto, el encarcelamiento, el enjuiciamiento o el castigo. Si bien EEUU y sus aliados han impuesto pequeñas sanciones legales en unos pocos casos flagrantes, el castigo ha sido leve. Aquellos que tenían responsabilidad de mando continúan al margen de la ley. No se puede tolerar que tal impunidad siga vigente. La comunidad internacional tiene que hacer cumplir las leyes y garantizar que la justicia prevalezca.
El camino a seguir está lleno de dificultades. Iraq no recuperará ni logrará la estabilidad fácilmente, pero hay una serie de medidas indiscutibles que pueden ser el inicio de la resolución del conflicto. NNUU y la comunidad internacional tienen que acabar con la complicidad de silencio y afrontar resueltamente la crisis de Iraq; el CS debe asumir sus responsabilidades y debatir alternativas para el futuro; el Congreso estadounidense debe tomar conciencia y actuar de conformidad con los deseos de su electorado; y los tribunales de todo el mundo han de tomar medidas para promover la justicia y exigir responsabilidades.
Recomendaciones políticas
- La comunidad internacional debería reconocer en su conjunto y afrontar la crisis humanitaria de Iraq.
- El CS debería poner fin al mandato de la Coalición lo más rápidamente posible y planificar una transición estable en Iraq, respetando el derecho internacional.
- La Coalición, liderada por EEUU, debe retirar rápida e inmediatamente todas sus fuerzas de Iraq.
- La retirada tiene que realizarse mediante un calendario explícito y rápido, y debe ser absoluta, sin fuerzas residuales o bases, y sin condiciones.
- Una fuerza de pacificación de NNUU, claramente diferenciada de la de la Coalición, debería ayudar en la transición para supervisar el alto el fuego, reforzar las fuerzas policiales [iraquíes] el sistema judicial, y organizar elecciones totalmente fiables.
- Las fuerzas de la Coalición tienen que respetar íntegramente el Derecho Internacional durante el tiempo que continúen en Iraq.
- Las fuerzas de la Coalición y el gobierno de Iraq deben liberar rápidamente a todos los "presos por razones de seguridad" que no hayan sido acusados de delito alguno; asimismo, se debe estudiar la concesión de una amnistía para el resto de los presos implicados en el conflicto posterior a la invasión.
- Los iraquíes deben comprometerse a llevar a cabo amplias negociaciones con todas las partes implicadas para alcanzar un plan de seguridad y un gobierno pacífico para todo el territorio nacional; NNUU podría prestar su apoyo en este proceso.
- Todos los grupos armados y las milicias deben acordar un alto el fuego y un proceso de desarme. Las fuerzas del gobierno iraquí deben actuar con contención y absoluto respeto al imperio de la ley. Una vez retiradas las fuerzas de la Coalición, las fuerzas irregulares deben abandonar las armas y disolverse como parte del proceso de paz y de reconciliación nacional.
- Tras la retirada de las fuerzas de ocupación, se deben celebrar nuevas elecciones en Iraq de acuerdo con las normas electorales internacionales y con [la presencia de] observadores internacionales; una Constitución, nueva o revisada, debe formar parte del proceso de reconciliación.
- No se deben promulgar nuevas leyes del petróleo ni firmar contratos hasta que la situación de paz, posterior a la retirada ocupación, garantice un debate nacional completo y democrático sobre el futuro del recurso natural más importante de Iraq.
- La comunidad internacional debe asistir en la reconstrucción y restauración de las infraestructuras de Iraq y de las muy deterioradas ciudades, así como al rápido realojamiento (con garantías de seguridad) de los desplazados.
- Los Tribunales, tanto nacionales como internacionales, deben enjuiciar a quienes han tenido responsabilidad de mando para exigirles responsabilidades por las muchas y graves violaciones de las leyes internacionales humanitarias y de los derechos humanos.
Full Report on the War and Occupation in Iraq - in Spanish
Full Report on the War and Occupation in Iraq
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